sábado, 3 de diciembre de 2011

¿QUE DICE LA BIBLIA SOBRE LA PALABRA "INFIERNO"?¿POR QUE ENSEÑA QUE ES UN LUGAR FRÍO Y SIN ACTIVIDAD?

http://www.jw.org/es/testigos-de-jehov%C3%A1/

¿QUE DICE LA BIBLIA SOBRE LA PALABRA "INFIERNO"?¿POR QUE ENSEÑA QUE ES UN LUGAR FRÍO Y SIN ACTIVIDAD?

Infierno: La palabra “infierno” se halla en muchas traducciones de la Biblia. En los mismos versículos, otras traducciones dicen “el sepulcro”, “el lugar de los muertos”, y así por el estilo. Otras versiones de la Biblia simplemente transcriben las palabras de los idiomas originales que a veces se vierten “infierno”; es decir, las escriben con las letras de nuestro alfabeto, pero dejan las palabras sin traducir. ¿Cuáles son esas palabras? La palabra hebrea she’ohl′ y su equivalente griego hai′des, que no se refieren a la tumba particular de una persona, sino a la sepultura o sepulcro común de la humanidad muerta; también la palabra griega ge′en‧na, que se usa como símbolo de destrucción eterna. Sin embargo, tanto en la cristiandad como en muchas religiones no cristianas se enseña que el infierno es un lugar habitado por demonios y donde los inicuos, después de morir, son castigados (y algunas personas creen que esto se hace con tormento).

¿Cuál es el origen de la enseñanza del fuego del infierno?

En antiguas creencias babilonias y asirias, el “otro mundo [...] se describe como un lugar lleno de horrores, y está presidido por dioses y demonios de gran fortaleza y crueldad” (The Religion of Babylonia and Assyria [La religión de Babilonia y Asiria], Boston, 1898, Morris Jastrow, hijo, pág. 581). Hay evidencia temprana del aspecto ardiente del infierno de la cristiandad en la religión del antiguo Egipto (The Book of the Dead [El libro de los muertos], New Hyde Park, N.Y., 1960, con una introducción de E. A. Wallis Budge, págs. 144, 149, 151, 153, 161). El budismo, que se remonta al siglo VI a. de la E.C., con el tiempo llegó a describir tanto un infierno caliente como uno frío (The Encyclopedia Americana, 1977, tomo 14, pág. 68). Las escenas del infierno pintadas en iglesias católicas de Italia tienen raíces etruscas. (La civiltà etrusca, Milán, 1979, Werner Keller, pág. 389).

Pero las verdaderas raíces de esta doctrina que deshonra a Dios están a mucha más profundidad. Los conceptos demoníacos relacionados con un infierno de tormento difaman a Dios y se originan del principal difamador de Dios (el Diablo, cuyo nombre significa “Difamador”), aquel a quien Jesucristo llamó “el padre de la mentira”. (Juan 8:44.)

¿Qué es realmente el infierno?

TOMADO DE SITIO OFICIAL DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ:

La Atalaya del  15 de Julio 2002

http://wol.jw.org/es/wol/s/r4/lp-s?q=infierno&p=par

PRESCINDIENDO de lo que usted se imagine al escuchar la palabra infierno, por lo general evoca la idea de un lugar de castigo donde se paga por los pecados cometidos. Tocante al pecado y su efecto, la Biblia dice: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado” (Romanos 5:12). Las Escrituras también señalan: “El salario que el pecado paga es muerte” (Romanos 6:23). Dado que el castigo por el pecado es la muerte, la cuestión fundamental que debemos plantearnos para determinar la verdadera naturaleza del infierno es: ¿qué le sucede al ser humano cuando muere?


¿Hay algún tipo de vida después de la muerte? ¿Qué es el infierno y qué clase de gente va a ese lugar? ¿Tienen alguna esperanza las personas que se encuentran allí? La Biblia responde de modo veraz y satisfactorio a estas preguntas.


¿Hay vida después de la muerte?


¿Tenemos algo en nuestro interior, un alma o espíritu, que sobreviva a la muerte del cuerpo? Observe cómo llegó a existir el primer hombre, Adán. En la Biblia leemos: “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida” (Génesis 2:7). Aunque la respiración lo mantenía vivo, soplar “el aliento de vida” en sus narices implicó mucho más que sencillamente insuflar aire en sus pulmones. Dios proporcionó al cuerpo inerte de Adán la chispa de la vida: “la fuerza de vida”, que está activa en todas las criaturas terrestres (Génesis 6:17; 7:22). La Palabra de Dios llama a esta fuerza vivificante “espíritu” (Santiago 2:26). Dicho espíritu se puede comparar a la corriente eléctrica que activa una máquina o un electrodoméstico de modo que pueda realizar su función. Igual que la corriente nunca adquiere las características del aparato que activa, la fuerza de vida no asume las cualidades de las criaturas a las que anima. No tiene personalidad ni capacidad de pensar.


¿Qué le sucede al espíritu en el momento de la muerte? Salmo 146:4 menciona: “Sale su espíritu, él vuelve a su suelo; en ese día de veras perecen sus pensamientos”. Cuando la persona fallece, su espíritu impersonal no sigue existiendo en otro lugar como criatura espiritual. Más bien, “vuelve al Dios verdadero que lo dio” (Eclesiastés 12:7). Esto significa que toda esperanza de vida futura depende por completo de Dios.


Los antiguos filósofos griegos Sócrates y Platón sostenían que el hombre tiene en su interior un alma inmortal. ¿Qué enseña la Biblia acerca del alma? Génesis 2:7 declara que Adán “vino a ser alma viviente”. No dice que recibiera un alma, sino que toda su persona llegó a ser un alma. Las Escrituras señalan que el alma puede, entre otras cosas, trabajar, tener hambre, ser secuestrada y padecer insomnio (Levítico 23:30; Deuteronomio 12:20; 24:7; Salmo 119:28). En efecto, el ser humano es en sí mismo un alma. Cuando muere alguien, muere un alma (Ezequiel 18:4).


Entonces, ¿en qué condición se encuentran los muertos? Cuando Jehová pronunció sentencia contra Adán, le dijo: “Polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3:19). ¿Dónde estaba Adán antes de que Dios lo formara del polvo de la tierra y le diera la vida? Sencillamente no existía. De modo que cuando murió, volvió a ese estado de inexistencia total. Eclesiastés 9:5, 10 indica claramente en qué condición se encuentran los muertos. Allí leemos: “Los muertos nada saben [...;] no hay obra, ni actividad mental, ni ciencia, ni sabiduría en el sepulcro, adonde te encaminas” (Ediciones Sigal). Según las Escrituras, la muerte es un estado de inexistencia. Los muertos no están conscientes, no piensan ni sienten.


¿Es el tormento eterno, o el sepulcro común?


Puesto que los muertos no están conscientes, el infierno no puede ser un lugar abrasador de tormento donde las personas malvadas sufran después de la muerte. Entonces, ¿qué es el infierno? Para contestar esa pregunta, examinemos lo que le sucedió a Jesús cuando murió. El escritor bíblico Lucas cuenta al respecto: “Su alma no fué dejada en el infierno [Hades], ni su carne vió corrupción” (Hechos 2:31, Reina-Valera, 1909).* ¿Dónde estaba el infierno al que hasta Jesús fue? El apóstol Pablo escribió: “Les transmití [...] que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue enterrado, sí, que ha sido levantado al tercer día según las Escrituras” (1 Corintios 15:3, 4). Así pues, Jesús estuvo en el infierno —el sepulcro—, si bien no permaneció allí porque fue levantado o resucitado.


Job le pidió a Dios que lo protegiera en el infierno


Piense también en el caso de Job, un hombre justo que sufrió mucho. Dado que deseaba salir de la difícil situación en que se hallaba, le rogó a Dios: “¿Quién me dará, que me cubras en el infierno [Seol], y me escondas, hasta que pase tu furor, y me aplaces el tiempo, en que te acuerdes de mí?” (Job 14:13, Scío de San Miguel)


.# Sería totalmente irrazonable pensar que Job deseaba buscar protección en un lugar abrasador. Para él, “el infierno” era simplemente la tumba, donde terminaría su sufrimiento. De modo que el infierno del que habla la Biblia es el sepulcro común de la humanidad, donde van tanto las personas buenas como las malas...


(continuacion) ..¿Es el infierno un símbolo de aniquilación?


¿Pudiera ser el fuego del infierno un símbolo de destrucción absoluta? Las Escrituras hacen distinción entre el Hades, o infierno, y el fuego cuando dicen: “La muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego”. El “lago” al que alude el texto es simbólico, ya que la muerte y el infierno (Hades) que se arrojan en él no pueden quemarse en sentido literal. “Esto [el lago de fuego] significa la muerte segunda”, es decir, una muerte sin esperanza de resurrección (Revelación [Apocalipsis] 20:14).


El Gehena ardiente simboliza destrucción eterna


El lago de fuego tiene un sentido similar al del “Gehena [infierno, La Biblia de las Américas] de fuego” del que habló Jesús (Mateo 5:22; Marcos 9:47, 48). La palabra Gehena aparece doce veces en las Escrituras Griegas Cristianas y se refiere al valle de Hinón, situado fuera de las murallas de Jerusalén. Cuando Jesús estaba en la Tierra, este valle se empleaba como vertedero de basura “donde se echaban los cadáveres de los delincuentes, los animales muertos y toda clase de inmundicias” (Smith’s Dictionary of the Bible). A fin de eliminar los desperdicios se mantenía el fuego siempre encendido añadiéndole azufre. De modo que Jesús utilizó este valle como símbolo adecuado de destrucción eterna.


Al igual que el Gehena, el lago de fuego simboliza la aniquilación perpetua. El que la muerte y el Hades sean “arrojados” en él significa que serán eliminados cuando la humanidad quede libre del pecado y de la condena a muerte. Quienes pequen deliberadamente y no se arrepientan tendrán su “porción” en dicho lago, es decir, serán aniquilados para siempre (Revelación 21:8). Por otro lado, las personas que se encuentran en el infierno —el sepulcro común de la humanidad— y en la memoria de Dios tienen un maravilloso porvenir.


¡Se vacía el infierno!


Revelación 20:13 dice: “El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos”. Así es, el infierno bíblico quedará vacío. Como prometió Jesús, “viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz [la de Jesús] y saldrán” (Juan 5:28, 29). Aunque hayan desaparecido completamente, millones de personas que están en la memoria de Jehová Dios resucitarán en un paraíso restaurado en la Tierra (Lucas 23:43; Hechos 24:15).


En el nuevo mundo de Dios, los seres humanos resucitados que cumplan con Sus justas leyes no volverán a morir jamás (Isaías 25:8). Jehová “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor”. De hecho, “[l]as cosas anteriores ha[brá]n pasado” (Revelación 21:4). ¡Qué dicha les espera a los que están en el infierno, o “las tumbas conmemorativas”! Sin duda, esto es razón suficiente para que adquiramos más conocimiento de Jehová Dios y su Hijo, Jesucristo (Juan 17:3).


‘Los que están en las tumbas conmemorativas saldrán’

* En la revisión de 1909 de la Reina-Valera, el término griego hái•dēs (Hades) se traduce “infierno” o “infiernos” las diez veces que aparece en las Escrituras Griegas Cristianas. En Lucas 16:19-31 se mencionan tormentos, pero todo el pasaje tiene un sentido simbólico. Véase el capítulo 88 del libro" El hombre más grande de todos los tiempos, editado por los testigos de Jehová."

# El término hebreo sche’óhl (Seol) aparece sesenta y cinco veces en las Escrituras Hebreas. En la revisión de 1909 de la Reina-Valera se traduce “infierno”, “sepulcro”, “sepultura”, “abismo”, “profundo”, “huesa”, “fosa” y “hoyo”.


La Biblia



http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2002521


CITADO EN YAHOO

 http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20100416125437AAhGagX
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TORMENTO ETERNO, que significa

En las Escrituras, el tormento ardiente se relaciona con destrucción y muerte. Por ejemplo, en la Septuaginta, traducción al griego de las Escrituras Hebreas, la palabra bá·sa·nos, que se traduce tormento, también se emplea para referirse a castigar con muerte. (Eze 3:20; 32:24, 30.)...

.. De manera similar, el libro de Revelación dice respecto a Babilonia la Grande que “los reyes de la tierra [...] llorarán y se golpearán en desconsuelo por ella, cuando miren el humo del incendio de ella, mientras se quedan de pie lejos, por su temor del tormento [gr. ba·sa·ni·smóu] de ella”. (Rev 18:9, 10.)....
.... En cuanto al significado de ese tormento, un ángel explica un poco más adelante: “Así con lanzamiento veloz será arrojada abajo Babilonia la gran ciudad, y nunca volverá a ser hallada”. (Rev 18:21.)..

Por consiguiente, en esta ocasión el tormento se equipara a destrucción, y en el caso de Babilonia la Grande, su destrucción será eterna. (Compárese con Rev 17:16; 18:8, 15-17, 19.)

Por lo tanto, aquellos a los que se "atormenta para siempre" (una forma del gr. ba·sa·ní·zō) en el lago de fuego sufren de hecho una “muerte segunda” de la que ya no habrá resurrección....
...
... La palabra griega ba·sa·ni·stḗs, afín a las anteriores, se traduce en Mateo 18:34 por “carceleros” (ENP, NM, NVI; compárese con el vs. 30).....
....
.... En buena lógica, entonces, aquellos a quienes se arroja al lago de fuego serán retenidos por la muerte o ‘encarcelados’ en ella durante toda la eternidad..."






‘Sin embargo, la Biblia dice que el Diablo será atormentado para siempre en el lago de fuego,’ quizás señale alguien. (Revelación 20:10) ¿Qué significa esto? Cuando Jesús estuvo en la Tierra, a veces se llamaba “atormentadores” o “torturadores” a los carceleros. Como dijo Jesús de cierto hombre en una de sus ilustraciones: “Irritado, [su señor] le entregó a los torturadores hasta que pagase toda la deuda.” (Mateo 18:34, Versión Nácar-Colunga) Puesto que los que son arrojados en “el lago de fuego” entran en la “muerte segunda” de la cual no hay resurrección, son, por decirlo así, encarcelados para siempre en la muerte. Permanecen en la muerte como bajo custodia de carceleros por toda la eternidad. Por supuesto, a los inicuos no se les atormenta o tortura literalmente, porque, como hemos visto, cuando alguien está muerto está completamente fuera de existencia. No está consciente de nada.



Copyright © 2010 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania. Derechos reservados.
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GEHENNA - MAS DETALLES:


El lago de fuego tiene un sentido similar al del “Gehena [infierno, La Biblia de las Américas] de fuego” del que habló Jesús (Mateo 5:22; Marcos 9:47, 48).

La palabra Gehena aparece doce veces en las Escrituras Griegas Cristianas y se refiere al valle de Hinón, situado fuera de las murallas de Jerusalén.

Cuando Jesús estaba en la Tierra, este valle se empleaba como vertedero de basura “donde se echaban los cadáveres de los delincuentes, los animales muertos y toda clase de inmundicias” (Smith’s Dictionary of the Bible). A fin de eliminar los desperdicios se mantenía el fuego siempre encendido añadiéndole azufre.

De modo que Jesús utilizó este valle como símbolo adecuado de destrucción eterna.

Al igual que el Gehena, el LAGO DE FUEGO simboliza la aniquilación perpetua. El que la muerte y el Hades sean “arrojados” en él significa que serán eliminados cuando la humanidad quede libre del pecado y de la condena a muerte. Quienes pequen deliberadamente y no se arrepientan tendrán su “porción” en dicho lago, es decir, serán aniquilados para siempre (Revelación 21:8). Por otro lado, las personas que se encuentran en el infierno —el sepulcro común de la humanidad— y en la memoria de Dios tienen un maravilloso porvenir.



Fuente(s):
Adicionalmente, 5 Biblias traducen "CASTIGAR" en vez de "Atormentar":

2 Pedro 2:9
Reina-Valera 1995 (RVR1995)

9 El Señor sabe librar de tentación a los piadosos,[a] y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;

Footnotes:
2 Pedro 2:9 Cf. 1 Co 10.13.

Reina-Valera 1995 (RVR1995) Copyright © 1995 by United Bible Societies
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Nueva Versión Internacional (NVI)

9 Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la *prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio.
Nueva Versión Internacional (NVI) Copyright © 1999 by Biblica
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Castilian (CST)

9 Así pues, no cabe duda de que el Señor sabrá librar de la prueba a los que le aman, en tanto que reservará a los injustos para ser castigados el día del juicio.

Castilian (CST) Copyright © 2003 by Biblica
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Biblia en Lenguaje Sencillo (BLS)

9 Esto nos demuestra que Dios sabe solucionar los problemas y dificultades que tienen los que le obedecen, y que también sabe castigar a los que hacen el mal. Y lo hará el día en que juzgue a todos.

Biblia en Lenguaje Sencillo (BLS) Copyright © 2000 by United Bible Societies
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La Biblia de las Américas (LBLA)

9 el Señor, entonces, sabe rescatar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio,

La Biblia de las Américas (LBLA) Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation
http://www.biblegateway.com/passage/?search=2%20pedro%202:9&version=RVR1995;NVI;CST;BLS;LBLA



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INFORMACION ADICIONAL: 


PARÁBOLA DEL HOMBRE RICO Y LÁZARO:

Entonces, ¿qué quiso decir Jesús cuando dijo en una de sus ilustraciones: “Aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: y murió también el rico, y fué sepultado. Y en el infierno [Hades] alzó sus ojos, estando en los tormentos, y vió á Abraham de lejos, y á Lázaro en su seno”? (Lucas 16:19-31, Versión Valera de 1934)



Puesto que, como hemos visto, Hades se refiere al sepulcro de la humanidad, y no a un lugar de tormento, obviamente Jesús aquí estaba narrando una ilustración o cuento. Como prueba adicional de que éste no es un relato literal, sino una ilustración, considere esto:


-¿Se halla el infierno en realidad a distancia de hablar desde allí al cielo, de modo que se pudiera efectuar una verdadera conversación como aquélla?


-Además, si el hombre rico hubiera estado en un lago ardiente literal, ¿cómo pudiera ser que Abrahán enviara a Lázaro para que le refrescara la lengua con una sola gota de agua en la punta del dedo?


Entonces, ¿qué estaba ilustrando Jesús?

El rico de la ilustración representó a los presuntuosos líderes religiosos que rechazaron a Jesús y después lo mataron. Lázaro representó a la gente común que aceptó al Hijo de Dios. La muerte del rico y de Lázaro representó un cambio en la condición de éstos. Este cambio aconteció cuando Jesús alimentó espiritualmente a las personas que, a semejanza de Lázaro, no habían sido debidamente atendidas, de modo que éstas entraron así en el favor del Abrahán Mayor, Jehová Dios. Al mismo tiempo, los líderes religiosos falsos ‘murieron’ respecto a tener el favor de Dios. Fueron rechazados, y sufrieron tormentos cuando los seguidores de Cristo denunciaron sus obras malas. (Hechos 7:51-57) De modo que esta ilustración no enseña que a algunas personas que han muerto se les atormenta en un infierno ardiente literal.



http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20081027044348AANnyEc


http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20100927132726AAjgNDh


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¿Qué ha pasado con el infierno?

¿QUÉ se imagina al escuchar la palabra infierno? ¿Un lugar real de fuego y azufre donde se padecen tormento y angustia eternos? ¿O quizás una condición, o estado?

Durante siglos, los líderes religiosos de la cristiandad han afirmado que los pecadores van inevitablemente a un infierno ardiente en el que se les inflige un sufrimiento insoportable. Esta idea todavía es común en muchas otras religiones. “Es posible que el cristianismo haya difundido el término infierno —dice la revista U.S.News & World Report—, pero no tiene el monopolio de la doctrina. La amenaza de un doloroso castigo en la otra vida tiene equivalentes en casi todas las religiones principales del mundo, así como en algunas minoritarias.” Hindúes, budistas, musulmanes, jainistas y taoístas creen en diferentes clases de infierno.

Sin embargo, el pensamiento moderno ha conferido al infierno una nueva imagen. “Aunque el concepto tradicional de infierno sigue teniendo sus adeptos —dice la citada revista—, se ha empezado a ver la perdición eterna como un confinamiento solitario especialmente desagradable, lo que da a entender que el infierno quizá no esté tan caliente como se creía.”

La revista jesuita La Civiltà Cattolica observa: “Es erróneo [...] pensar que por medio de los demonios, Dios inflige a los condenados tormentos horribles como el del fuego”. Y añade: “El infierno existe, pero no es un lugar, sino la condición en que se halla quien sufre el dolor de verse separado de Dios”. El papa Juan Pablo II explicó en 1999: “El infierno, más que un lugar, indica la situación en que llega a encontrarse quien libre y definitivamente se aleja de Dios, manantial de vida y alegría”. Respecto a las imágenes literarias que presentan el infierno como un lugar abrasador, señaló: “Expresan la completa frustración y vaciedad de una vida sin Dios”. Si el Papa hubiera hablado de un lugar “llameante y un diablo vestido de rojo con una horca en la mano, [...] la gente no se lo habría creído”, dice el historiador eclesiástico Martin Marty.

En otras confesiones religiosas se están produciendo cambios similares. Un informe de la comisión doctrinal de la Iglesia Anglicana declara: “El infierno no es el tormento eterno; es la elección final e irrevocable de un proceder que se opone de forma tan absoluta a Dios, que lleva irremediablemente a la inexistencia total”.

El catecismo de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos define el infierno como “la muerte eterna que deriva del rechazo a Dios”. Según U.S.News & World Report, cada vez hay más personas que promueven esta idea, a saber, que “el fin de los malvados es la destrucción, no el sufrimiento eterno” y que quienes “en última instancia rechacen a Dios sencillamente desaparecerán de la existencia en el ‘fuego consumidor’ del infierno”.

Aunque la tendencia actual es negar la existencia de fuego y azufre en el infierno, muchas personas siguen creyendo que este constituye un verdadero lugar de suplicio. “La Escritura enseña claramente que el infierno es un lugar físico donde se atormenta con fuego a la gente”, asegura Albert Mohler, del centro teológico Southern Baptist Theological Seminary, de Louisville (Kentucky, EE.UU.). Y el informe The Nature of Hell (La naturaleza del infierno), elaborado por una comisión de la Alianza Evangélica, afirma: “El infierno es una experiencia consciente de rechazo y tormento”. Y añade: “En el infierno, el castigo y el sufrimiento varían dependiendo de la gravedad de los pecados cometidos en la Tierra”.

Una vez más cabe preguntarse: ¿es el infierno un lugar de tormento eterno o de aniquilación, o es sencillamente el estado en que se hallan las personas apartadas de Dios? ¿Qué es realmente el infierno?

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Breve historia del infierno

¿CUÁNDO adoptó la cristiandad la creencia en el infierno? Bastante tiempo después de Jesucristo y sus apóstoles. “El Apocalipsis de Pedro (siglo II E.C.) fue la primera obra [apócrifa] cristiana que describió el castigo y las torturas con que se afligía a los pecadores en el infierno”, dice la obra francesa Encyclopædia Universalis.
Justino Mártir creía que el infierno era un lugar abrasador


No obstante, los primeros Padres de la Iglesia discrepaban en cuanto al infierno. Justino Mártir, Clemente de Alejandría, Tertuliano y Cipriano creían que era un lugar ardiente. Orígenes y el teólogo Gregorio de Nisa lo concebían como un estado de separación de Dios, de sufrimiento espiritual. Por otro lado, Agustín de Hipona sostenía que el sufrimiento que se padecía en el infierno era tanto sensorial como espiritual, idea que fue ganando aceptación. “En el siglo V ya se había impuesto en todas partes la severa doctrina de que los pecadores no reciben una segunda oportunidad en la otra vida y que el fuego que los devora nunca se extingue”, escribió el profesor John N. D. Kelly.
Agustín de Hipona enseñaba que el sufrimiento infligido en el infierno era espiritual y físico


En el siglo XVI, reformadores protestantes como Martín Lutero y Juan Calvino llegaron a la conclusión de que el tormento abrasador del infierno simbolizaba la separación eterna de Dios. Sin embargo, la concepción del infierno como un lugar de tormento volvió en los siguientes dos siglos. El pastor protestante Jonathan Edwards solía atemorizar a los colonos americanos del siglo XVIII con sus gráficas descripciones del infierno.

Sin embargo, poco después las llamas del infierno empezaron a, por decirlo así, oscilar y apagarse. “El siglo XX casi supuso la extinción del infierno”, afirma U.S.News & World Report.

Publicado en La Atalaya del 15 de julio de 2002

 http://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/2002520